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Abierta la inscripción a la X edición del Máster Interuniversitario en Ética y Democracia

Abierta la fase de   preinscripción  a la X edición del Máster Interuniversitario en Ética y Democracia de la Universitat Jaume I, que cuenta con docentes de la talla de   Domingo García-Marzá ,   Elsa González-Esteban  y   Ramón Feenstra . Edificado sobre valores como la Innovación, la calidad, la proximidad, la participación y la mejora continua, el Máster en Etica y Democracia ofrece dos principaleslíneas de especialización: 1) Filosofía política, con materias que profundizan en diferentes aspectos vinculados con la teoría de la democracia. Sus contenidos capacitan al alumnado para desarrollar un pensamiento crítico aplicable a la investigación académica, la formación y a ámbitos profesionales como la administración pública, las organizaciones políticas y el periodismo político. 2) Éticas aplicadas, con contenidos centradas en el ámbito de la ética económica y empresarial y la Responsabilidad Social. Sus materias capacitan al alumnado ...

¿Quién puede hablar de ética?

19/05/2015, Domingo García-Marzá.
La ética forma parte de nuestra vida cotidiana, es un saber que poseemos y que nos dice cómo debemos actuar, qué podemos esperar unos de otros, de familiares, trabajadores, empresarios, políticos, etc. Nos indica lo que es justo o injusto en toda relación social, en toda institución. Nadie tiene, tampoco los que nos dedicamos a estudiarla, un uso exclusivo de la palabra “ética”. La política es ya la aplicación de este saber a la gestión pública, al gobierno de una comunidad. De ahí que los políticos deberían evitar el uso de la palabra ética en sus discursos y limitarse a presentar una oferta clara de lo que van a hacer, junto al compromiso firme de cumplirlo y de irse si no lo hacen.

Cuando el partido político líder en corrupción nos previene de la crisis moral en el ejercicio de la política o nos habla de la regeneración ética, nos invade la indignación al comprobar que ni la vergüenza se salva del circo electoralista.Los ciudadanos no somos tontos y descubrimos fácilmente el cinismo y el desprecio con que se nos trata al escuchar estas palabras. Sabemos muy bien que hablar de ética mientras se permite expulsar de sus casas a los más desfavorecidos es una inmoralidad. Los políticos han de dedicarse a gestionar bien lo público, a hacer bien la actividad llamada política, loable y totalmente necesaria. Han de dejar la palabra ética a los ciudadanos, quienes pueden juzgar si lo han hecho bien o mal. Sencillamente porque son quienes van a sufrir las consecuencias de sus decisiones. No confundamos la ética con la política. No hagamos populismo.




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