A raíz de la actual crisis financiera mundial, muchas son las preguntas y dilemas ante los que nos enfrentamos. En primer lugar, la ceguera de los economistas que no supieron predecir la crisis que acechaba; en segundo lugar, la avaricia de los bancos que contribuyeron a alimentar el mito del feliz consumo ilimitado; en tercer lugar, la especulación y la corrupción como caras de la misma moneda, conviviendo sueldos y fichajes de tal calibre económico que resultan indecentes e injustificables; y por último, la Política desconcertada, dando palos de ciegos, para calmar la voracidad de un mercado descontrolado.
En los primeros instantes en que la crisis financiera se habló de la necesidad de la regulación de los mercados. Pero pronto se cambió ese objetivo por la necesidad de acometer reformas laborales, incluso poniendo en entredicho algunos de los logros de las últimas décadas. Por lo que, en vez de pagar quienes habían sido responsables, se pasó a pedir cuentas a los que nada habían tenido que ver con dicho desaguisado económico. Pero es hora de que se piense también en la reforma del mercado. He ahí lo complicado, porque ésta va más allá de las leyes, ya que es un asunto de cultura (empresarial). La competitividad no sólo tiene que ver con el precio del trabajo; las empresas también necesitan de capital ético y de un conjunto de valores compartidos. Un planteamiento que no proviene de la teoría, porque son ya un buen número los empresarios que alumbran esta perspectiva.
Al mismo tiempo, necesitamos redefinir el concepto de trabajo. El mayor logro de la lucha política y sindical del último siglo ha sido el Estado de Bienestar y los derechos laborales. Lamentablemente, la crisis económica pone en jaque muchos de los derechos conquistados. Desde Marx, se ha luchado por disponer de mayor calidad de vida. Pero gran parte de dicha calidad de vida la ofrece la dignidad laboral. ¿Sigue siendo posible el pleno empleo o hay que comenzar a repartirlo como bien escaso? ¿Hasta qué punto la generación venidera disfrutará de los mismos derechos laborales que antes de la crisis? ¿Es posible defender la globalización de los derechos laborales en una globalización económica que ha conllevado más desigualdad entre países? Pero las preguntas no terminan ahí: ¿quién forma hoy la clase trabajadora?
Ante esto, “Trabajo, Crisis y Globalización. ¿Reforma laboral o reforma de los mercados?” es el tema elegido este año para el Curso de Verano de la UIMP Valencia que tendrán lugar entre el 9 y el 11 de julio. Un curso coordinado por Enrique Herreras y Ana Noguera que contará con la particupación de ponentes de la talla de Domingo García-Marzá, Jesús Conill, Emilio Lamo de Espinosa, Antón Costas, José Félix Tezanos y Nacho Escolar entre otros.
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