Carmen Martí, 13/05/11
De la lucha por la igualdad a la búsqueda de la seguridad ha sido el cambio más importante en el sistema de valores del siglo XX al siglo XXI, convirtiéndose la seguridad en el valor central sobre el que giran los demás en el momento actual. La seguridad laboral, la seguridad emocional, y por supuesto la seguridad física copan el sistema de valores de la mayoría de las sociedades actuales, entre ellas las europeas y la española en concreto. “La cuestión es ¿hasta dónde vamos a ceder de nuestra libertad para conseguir esa seguridad?”
Analizar estos cambios en el sistema actual para revitalizar la empresa fue el objetivo de la conferencia pronunciada ayer por el Catedrático de Sociología Juan Diez Nicolás, en el Seminario ÉTNOR de Ética Económica y Empresarial, que este año celebra su XX aniversario analizando el tema “Revitalizar las empresas para una buena sociedad”. ¿Qué valores priman en la sociedad actual? ¿Hacia qué horizonte de valores vamos? ¿Qué valores llenan la agenda de los directivos y líderes mundiales?
“Durante siglos de historia de la humanidad la mayor preocupación del ser humano ha sido sobrevivir”. Una situación que según Diez Nicolás, autor de la Encuesta Mundial de Valores, cambia radicalmente a partir de la II Guerra Mundial, donde cobran fuerza el mérito, la autoridad y el esfuerzo, valores que facilitaron la industrialización. “En los años 60 del siglo pasado se produce otro cambio importante gracias al desarrollo económico alcanzado, obteniéndose cotas desconocidas en la humanidad de seguridad económica y personal que no habíamos tenido nunca en la historia”, destacó el ponente.
Sin embargo, la post-modernización ha llevado consigo “la pérdida del principio de autoridad y una maximización del bienestar donde lo material lo damos por descontado y nos creemos con derecho a consumir lo que queramos, con la frustración consecuente de no estar a la última y no tener lo último”.
La cuestión es que en el momento presente los niveles de inseguridad se han disparado de nuevo, y parece inevitable una vuelta a los valores materialistas y de autoridad. De hecho así lo reclaman líderes políticos, empresariales y de la opinión pública.
A nivel económico, “el capitalismo, lejos de ser la panacea, está desapareciendo. Ha dado de sí lo que tenía que dar y su último reducto es el capitalismo financiero”, y “la democracia parlamentaria -y lo digo como temor-, no tiene nada que ver con la del XIX, se ven reflejados intereses económicos y financieros, no políticos. Lo que era la economía libre de mercado ya no existe, solo hay libertad de circulación de capital, pero no de productos y servicios. Y tampoco hay libre circulación de personas, como muestran las reacciones de algunos países ante los últimos movimientos migratorios como consecuencia de las revueltas del mundo árabe”.
Ante este panorama en el coloquio la catedrática de Ética Adela Cortina planteó la cuestión fundamental de si “¿no hemos aprendido nada de valores por el camino?” “Por ejemplo, que es mejor el desarrollo de los pueblos que la autoridad militar para conseguir la seguridad; o que la cooperación es mucho mejor para todos que el conflicto, o que la justicia es necesaria para estar a la altura de la humanidad, y la distribución de la riqueza es básica para ello ¿Se han asumido que si esos valores se incorporaran las cosas irían mejor para todos?”.
A lo que Juan Diez contestó que “la historia nunca se repite exactamente y han habido conquistas que van a ser difícilmente reversibles, como el divorcio o el matrimonio del mismo sexo, etc. pero es inevitable pensar que el mundo ya no es tal y como lo conocimos y el futuro será muy diferente”.
De hecho el Catedrático destacó que se están cumpliendo pronósticos de los años 70 del siglo XX: “un crecimiento acelerado de la población; la presión creciente sobre los recursos; el empeoramiento de la calidad de vida; el aumento de las desigualdades que no han parado de crecer desde los 70, por lo que habrá más conflictos sociales, y el creciente recurso a la autoridad para solucionar los conflictos”.
“El mundo se ha globalizado de verdad, pero cuanto más complejo y desarrollado es un sistema, más vulnerable es. Si mañana nos quedamos sin electricidad o sin petróleo todo lo que hacemos ahora no lo podremos hacer. Con este panorama no podemos pensar que vamos a continuar con el mismo tipo de familia que la que tenemos, de universidades, de modelos políticos, de mercados, no tiene ningún sentido” sentenció Diez.
Es cierto que existe una tendencia general a pensar que tenemos el derecho innanto a poseer todo lo que ya tenemos y que solo podemos aspirar a tener mas. De hecho uno de los agravantes de la crisis fue la tendencia generalizada a vivir por encima de nuestras posibilidades, es decir, una tendencia al endeudamiento a todos los niveles, desde el joven asalariado que pide un credito para comprarse un coche mejor de lo que necesita hasta el propio estado. Y esto se soluciona concienciando a la gente a través de un elemento que ya existe y que se descuida cada vez mas: la educación.
ResponderEliminarEn este post se ha hecho un comentario acerca de la frustración del individuo por no estar a la última o no tener los últimos productos, pues bien, yo llevo 3 años cursando comunicación audiovisual en la Universidad Jaume I y desde primer curso siento verdaderas ganas de vomitar cuando en asignaturas relacionadas con la publicidad, y expresado literalmente como sigue, se nos dice que la mejor manera de vender un producto es CREAR una necesidad en el consumidor para que crea que obteniendo ese producto va a obtener una satisfacción personal.
Por otro lado es una realidad que todo el mundo siente que se están violando sus derechos cuando le piden que trabaje lo mismo y que cobre menos, y esto es un hecho independiente de la clase social a la que pertenezcas. La diferencia es que el trabajador de un empresa que tiene que cobrar menos puede que no pueda pagar la factura de la luz y el agua, pero el directivo de esa misma empresa que tubiese que cobrar menos puede que tenga que dejar de tener 2 coches. Pobrecito! Y lo triste es que en España tenemos dos records a este respecto. Sueldo medio del trabajador mas bajo de Europa, sueldo medio de directivos mas alto de europa. A mi me gustaria añadir uno mas, nivel ético y de responsabilidad social empresarial mas bajo de europa.
Ya se ha hablado mucho de que los salarios de directivos de telefonica son 103 veces mas altos que los de sus trabajadores mientras que siguen despidiendolos a miles. A mi me gustaria resaltar un ejemplo totalmente opuesto que demuestra que otra realidad es posible y que existen empresas con un poco mas de moral: El sueldo medio de un directivo de iberdrola es solo 4,5 veces mas alto que el de sus trabajadores o el de los de iberia que es 6 veces mas alto.
En mi opinion en esta sociendad siguen primando los valores tradicionales, pero se ha dejado de lado un muy básico que es el de la igualdad. Y por eso hay miles de personas manifestandose en las calles de toda españa; porque si hay una crisis y hay que apretarse el cinturón nos lo apretamos TODOS. Y si no que se lo digan al primer ministro japonés que ha renunciado a su sueldo hasta que se solucione la crisis causada por el tsunami.
¡Hola Carmen! Interesante intervención, como siempre.
ResponderEliminarEn los tiempos que corren, la inseguridad (sobre todo laboral) ante un futuro incierto está presente en todas partes por el hecho de saber que vienen tiempos difíciles y seguramente la vida, tal y como la conocemos, cambiará en muchos aspectos. Los trabajadores no saben si conservarán sus puestos por mucho tiempo, pero yo, como estudiante, también temo mi futuro laboral.
Todo el ajetreo causado por la crisis ha hecho que la gente deje de preocuparse de los valores tradicionales y se esté preocupando por otros asuntos. Pero, si todos cumpliéramos con nuestra parte y tuviéramos en cuenta a los demás, si dejáramos el egoísmo de un lado y pensáramos en todos, las cosas serían más fáciles. No obstante, está claro que aunar a toda la sociedad es algo imposible. Y quiero referirme aquí a algo que ha comentado mi compañero Guillermo. Que el sueldo medio del trabajador español sea el más bajo de Europa, y por el contrario, el de los directivos sea el más alto, resulta vergonzoso. Los directivos se han acostumbrado a un nivel de vida que ahora no quieren dejar atrás (ej. Telefónica), y con ello pasan por encima de sus trabajadores. Aun teniendo en sus manos el poder de proporcionar a otros una vida mejor, o simplemente no dejarles sin trabajo a cambio de una pequeña reducción de su propio sueldo, no son capaces de hacer el “esfuerzo”. ¿Salario 103 veces mayor? Aquí se ha esfumado la igualdad hasta un extremo alarmante.
El abuso de bienes materiales sólo por satisfacer la idea de que poseer lo más moderno nos integrará en la sociedad y hará que nos acepten, nos está pasando factura. Las facilidades a las que nos hemos ido acostumbrando y la utilización de aparatos innecesarios nos han malcriado y nosotros lo hemos aceptado. Por lo menos, el tocar fondo ha hecho que nos demos cuenta de la situación, aunque hacer algo por remediarla, ya es otra cosa.
Desde mi punto de vista estamos presenciando un cambio que tendrá muy graves consecuencias en un futuro no muy lejano.
ResponderEliminarDesde una perspectiva económica y empresarial el principio de maximización está siempre en la boca de los "expertos", ya que ésta es sinónimo de mayores beneficios, pero en el momento que dejamos de mirar qué es a lo que estamos renunciando, ahí toda ley económica debe de tener sentido moral y de responsabilidad.
Maximizar es por lo tanto reducir costes, y qué mejor momento de ver esta situación que ahora. Por poner un ejemplo, telefónica, donde anda "animado" el ambiente, donde en 2010 consiguieron 10.000 millones de € en beneficio y quieren despedir a 9.000 trabajadores (y dicen por ahí que esto no es nada comparado con los 5.000.000 que tenemos ya...). Una empresa que gana en 1 año el doble que se necesita para erradicar la muerte de 3.000 niños al día en África por Malaria, y una empresa que en 3 años gana lo que Grecia pretende devolver en 5 años a sus """simpatiquísimos y amables""" y """""solidarios""""" compañeros de la Unión Europea.
Hay barreras que sobrepasan no simplemente la moralidad o la justicia, sino la libertad y la humanidad.
Lo bueno, que somos testigo de ello, y se puede actuar. Lo malo, la pasividad y los intereses de aquellos sectores que más pueden hacer.
¿En qué convertiremos el mundo?
15 años para volver a niveles "óptimos" de desempleo... paciencia... o eso nos dicen.
En mi opinión y sin ánimo de querer crear revuelo creo que no se trata de buscar a quien echar la culpa sino de mirarnos al espejo y ver en nosotros a los responsables de esta situación porque, aunque para llevar a una masa muy grande de gente en una dirección concreta, es necesario una coordinación que solo es posible con el establecimiento de una serie de directrices comunes y adoptar el compromiso de cumplirlas.
ResponderEliminarCreo que lo que estamos debatiendo aquí es la efectividad de la manera de hacer las cosas de los lideres (por llamarlos de alguna manera), de este país y si esas directrices comunes que tenemos que adoptar para, con la colaboración de todo el mundo, llegar a donde deseamos son las correctas y si tanto nosotros como pueblo, como los altos cargos estamos haciendo lo necesario para fijar unas medidas que maximicen el bienestar a largo plazo de la sociedad.
Pienso que es evidente que estamos mas que antes una crisis económica, ante una crisis de valores, ya que dado que los valores son los que definen nuestras decisiones y actuamos según esas decisiones, la situación actual es fruto de unos valores equivocados.
Desde mi punto de vista todo es relativo, por ejemplo con referencia al capitalismo como "panacea", pues no es la panacea ni mucho menos, pero tampoco es la que nos ha llevado a esta situación, creería una clara demagogía enfocarla desde ese enfoque. Pienso que este sistema ha sido manipulado a gran escala y sí, es cierto, no por políticas sino por intereses financieros y económicos. Han creado un panorama o un contexto perfecto para lo que realmente a destruido la ecnómia mundial y en especial española, la especulación a gran escala o lo que es lo mismo la estafa en masa (eso si apoyada en un fraude de ley estrepitoso).
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que no podemos caer en errores de pasado, pero tampoco opino que esto tenga que pagarlo el de abajo (clases bajas y las pocas medias que quedan, si quedan), eso si enfocado desde la perspectiva de que esto no puede seguir así, que el afán de la gente por disponer de mejores cosas, mayores beneficios, mayor calidad de vida, ha llevado a esta situación y hay que acabar con esta incercia y volver al currar a tope y al " a ver si se puede" tan repetido en las casas españoles durante decadas anteriores. Qué la actitud de la gente de posesión exagerada de todo tipo de propidad ya sea necesaria o inecesaria, sea cual sea su coste, invirtiendo dinero que no es suyo (la famosa cantinela de algunos que si que no disponen de valores, en mi opinión), ha estado bien? Pues no, esta actitud no ha mejorado de ningún modo la situación, pero tampoco a desenvocado a ella, por que la sociedad es la que pasado por un aro predispuesto por una esfera (política, financiera, mercados, etc) que había visto el negocio muy bien. Qué pasa?? que un sistema basado en el me enriquezco y el país va genial a base de generar dinero que sale de la nada y querer seguir con el xiringuto un dia explota. En mi opinión esta situación tiene que llevar aparejada como solución medidas resposables, justas y igualitarias, cosa que no se esta produciendo. Para terminar, creo que la democracia se creo para el disfrute de la mayoria y la mayor calidad y reciprocidad de intereses de los ciudanos, no la de unos pocos. La solución esta en pedirle un poco de responsabilidad a esos pocos (no se esta pidiendo) o pagarlo todo sobre los pequeños, que lloraran pero a las duras no les quedará otra (entoncese nadie sabemos que puede suceder, de momento actitudes como la del movimiento del 15 M indican que la gente quiere solucionar esto, pero desde la humanidad).