La Universidad Pontificia de Comillas ha albergado la
segunda jornada, que ha dejado un diálogo entre Domingo García Marza,
catedrático de Ética de la Universidad Jaume I de Castellón, y Ramón
Jáuregui, eurodiputado y presidente de la Asamblea Parlamentaria
Euro-Latinoamérica, moderado por Juan José Almagro, vicepresidente primero de
Unicef España, en el que han abordado la situación de la “Responsabilidad
Social, el bien común y economía”
Ramón Jáuregui repasó su acercamiento a la RSE
hace más de 15 años y la vinculó a la globalización, que “ha causado una
ruptura del hábitat laboral y del contrato social que había surgido tras la II
Guerra Mundial en Europa entre empresas, sindicatos y gobiernos. Pero esa
globalización ha destruido ese hábitat y la empresa ha pasado a ser cada vez
más poderosa por sus localizaciones o deslocalizaciones, tiene que gestionar
sus impactos sociales y medioambientales y existe una oportunidad de construir
un mundo mejor con ellas”. No obstante, Jáuregui recordó que es “bastante
crítico con los logros de la RSE en España y en el mundo durante los
últimos 15 años”.
Para el eurodiputado “la RSE no avanza
porque por muchas políticas y programas que haya, la ciudadanía no se cree la RSE si
las empresas no pagan impuestos o no cuida su cadena de proveedores, como las
empresas textiles, en la catástrofe del Rana Plaza en Bangladesh”. Para
Jáuregui “aunque la globalización haya creado un desafecto y descontento de la
sociedad, las empresas tienen una oportunidad para construir una sociedad más
digna, a través de la gestión de sus impactos”. Además, apuntó que es necesario
para el impulso de la RSE que los Derechos Humanos se conviertan en norma
internacional, que las empresas aboguen por acuerdos sectoriales y por un
reporte universal.
Domingo García Marzá abogó por “no abandonar el concepto
de RSE sino incluirlo en un marco de ética empresarial, porque la empresa
es un agente de justicia” y consideró que “la ética es más significativa ahora
que hace 40 años, y no por la corrupción, sino por la globalización. La ética
habla de lo que es bueno para todos y eso está muy ligado a la globalización,
que tendría que generar una economía más digna”.
García Marzá definió la RSE como “la capacidad de
respuesta de las empresas ante la sociedad porque puede transformar una
realidad” y compartió la idea de Jáuregui del estancamiento de la RSE: “Es
verdad que no ha servido para mucho desde la publicación del Libro Verde la
Comisión Europea de 2000 y que sirve para maquillar la injusticia, pero también
es verdad que ha unificado el concepto de empresa responsable y se ha
integrado en el lenguaje empresarial”. Además, demandó que no se puede
renunciar a un concepto cuando se está extendiendo
Por su parte, Almagro indicó que “la globalización ha
incrementado la brecha de la desigualdad y la desigualdad corrompe la
democracia”.
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