Si hubiera escrito este artículo hace poco más de un año seguramente no habría pensado en dedicar estas líneas a analizar por qué la empresa, y también la sociedad, no se toman en serio los asuntos éticos dentro de las organizaciones.
Es más, incluso podría haber destacado como un gran avance el número creciente de empresas que se adhieren al Pacto Mundial de Naciones Unidas, hace Memorias de Sostenibilidad o elaboran políticas de RSE. Partiendo de esta realidad, parece necesaria la reflexión acerca de lo que ha pasado en los últimos años con la ética empresarial, la Responsabilidad Social de la Empresa (RSE) u otras cuestiones relacionadas con estos asuntos.
Creo que, como ha pasado en general en la economía, en la última década se ha generado también una cierta especulación de estos asuntos. Digamos que muchas empresas se han ‘emborrachado’ con la retórica de la RSE; casi cualquier empresa que quisiera jugar en primera división se subió a este tren, generando así una competencia, a mi modo de ver insana, para ver qué empresa hacía una política de RSE más espectacular y llamativa con el objetivo de llenar páginas de periódicos y sorprender en foros empresariales. Parecía que las cosas en el mercado estaban tomando un camino de incorporación y respeto de principios éticos. Entonces llegó, para algunos, la sorpresa: estalló la crisis y descubrimos todos los agujeros negros que el sistema, el mercado y las empresas estaban ocultando, y los que nos quedan por conocer. ¿Por qué no nos hemos tomado en serio la importancia que la ética tiene para llevar adelante proyectos empresariales con éxito?
Esta era la pregunta que rondaba en el XIX Congreso de la European Business Ethics Network (EBEN – www.eben-net.org), que se celebró en Atenas hace apenas unos días. Ciertamente, este desánimo contrasta con el aire de optimismo que se respiraba en los encuentros de años anteriores. Hemos pasado de ‘por fin las empresas nos escuchan’ a ‘las empresas no nos toman en serio’ en sólo un año.
Lo que parece evidente es que en la última década la apuesta de las empresas por la incorporación de la RSE ha tenido más de retórica que de realidad; una retórica muy bien elaborada, pero detrás de la que no había mucho fundamento. Es de justicia también decir que no es el caso de todas las empresas. Es cierto que un número importante se ha tomado esto en serio. Por suerte, el momento que vivimos traerán consigo algo positivo; ayudará a distinguir unas empresas de otras; las que han incorporado y asumido algo más que la retórica.
También, es momento de hacer cierta autocrítica. Las organizaciones como la Fundación ÉTNOR (
http://www.etnor.org/) y muchas otras, que se dedican a investigar, formar y acompañar a empresas y organizaciones en estos asuntos deberemos reflexionar sobre lo que hemos hecho mal y en qué necesitamos mejorar. Quizá también nosotros hemos ayudado a construir esta retórica grandilocuente o nos hemos despistado un poco y no hemos sabido ver lo que se escondía detrás de las palabras.
En mi opinión, analizando lo que ha sucedido, creo que hay una cuestión clave que necesita ser aclarada para corregir el desenfoque en materia de RSE. La RSE es un modelo de gestión, una filosofía organizacional que implica una manera de hacer las cosas en las corporaciones. Y, cuenta con diferentes herramientas, quizá la más conocida sea las Memorias de RSE como instrumento de comunicación de la apuesta de la empresa en estos temas.
Pero intuyo que se ha tomado la parte por el todo. Es decir, se han desarrollado y puesto mucho énfasis en las herramientas, que no digo que esté mal, pero se olvidó que éstas si no tiene detrás un por qué y un para qué acaban sirviendo para bien poco y tienen un recorrido escaso, habitualmente muy ligado a las modas. Por tanto, propongo, como reza la última moda en gestión, el back to basics; repensar que propone la ética empresarial y el modelo de empresa socialmente responsable, o responsable sin más, porque también creo que la inclusión del término social en el concepto ha despistado a algunas organizaciones, invitándoles a fijarse solamente en lo que ocurría de puertas hacía fuera y olvidando que dentro de casa solemos tener, casi siempre, bastante trabajo.
Roberto Ballester es Gerente de la Fundación Étnor (Ética de los Negocios y las Organizaciones)
Gracias por esta reflexión. A mí me parece que la cuestión de la falta de ética en la aplicación de la RSE se puede deber a que la clase empresarial todavía no sabe cómo conjugar esta filosofía con cómo se había venido realizando la actividad empresarial hasta ahora. No se ha producido un auténtico cambio de paradigma en este sentido. Y, en parte, esto se debe, creo, a que aún no se ha dado un relevo generacional en la gerencia de las empresas. Pero no con esto se acabaría el problema: se necesita que la siguiente generación esté más comprometida con la nueva filosofía que presenta la EE. Seguramente ésta tampoco tendrá asumidos todos los valores para originar un verdadero giro hacia lo ético en la empresa, pero es de desear que se acerque más al objetivo; y así gradualmente hasta lograr eliminar mucho de lo que hoy nos impide funcionar como una sociedad justa. Ya se que lo que acabo de bosquejar es una meta ideal. No obstante, puede tener la utilidad de norma pragmática. Y ciertamente, si la sociedad no se encarga de educar a los ciudadanos del futuro como ciudadanos-empresarios (vid. mi artículo en: http://eticaempresarialapuntes.blogspot.com/2010/11/el-asunto-de-la-educacion-para.html), difícilmente podrán los MBA hacer interiorizar en los empresarios el profundo sentido ético que este giro requiere.
ResponderEliminarHola, soy una estudiante de la Universitat Jaume I que ha leído el artículo y me gustaría hacer algunos comentarios debido a que este es uno de los principales temas que tratamos en la carrera. Estoy en tercero de Comunicación y el año pasado, sin ir más lejos, realizamos un trabajo sobre la Responsabilidad Social Corporativa de la empresa Starbucks, que respecto a sus productos, empleados y público tiene unas criticas bastante favorables. Su página web explica numerosas acciones para preservar el planeta, ayuda laboral para grupos de población desfavorecidos, etc. Y mi sorpresa llegó la semana pasada cuando en clase de Ética y Deontología Empresarial el profesor nos habló sobre esta empresa y el trato desfavorable que se estaba dando a los países de los cuales era extraído el café que utilizaban. Con ello, sin alargarlo más, me gustaría destacar que las empresas hacen todo de cara a una sociedad que está alerta las 24 horas del día y que si hay algo que no les interesa que se sepa intentan ocultarlo para mantener su situación de prestigio. Todo es una estrategia de marketing que no permite que la sociedad se quite la venda de los ojos.
ResponderEliminarRespecto a la pregunta de por qué no nos hemos tomado en serio la importancia que la ética tiene en las empresas, creo que simplemente existe una respuesta posible. La mayoría de las empresas, sin generalizar tampoco, buscan únicamente un beneficio económico o un prestigio social que a la larga les haga mejorar su situación en el mercado. Pocas son las empresas que se paran a pensar en las consecuencias de sus actos y pocas son las que toman medidas porque realmente quieren tomarlas, simplemente lo hacen de cara a una sociedad que les juzga continuamente.
El artículo me ha aclarado algunos conceptos y estoy totalmente de acuerdo con su visión sobre el tema y me ha parecid interesante su forma de abordarlo. De hecho, en el Comloc de este año tomé algunos apuntes de los conceptos que aportó que también me han servido de bastante ayuda. Un saludo.
Hola,soy estudiante de Ciencias Empresariales en la Universidad Jaume I de Castellón.
ResponderEliminarConsidero que lo que ha sucedido con algunas empresas ha ocurrido en la sociedad en general.Antes de estallar la crisis, muchos eran los que pensaban en algo que no era cierto,se autoengañaban.Quiero decir,que la sociedad en general se ha subido a un carro que no le correspondía,muchos hemos querido aparentar al exterior lo que no eramos y ahora vienen las consecuencias. No nos hemos comportado de manera responsable y moderada en muchos ámbitos.Tanto las empresas como la sociedad en general buscamos nuestro beneficio en el presente sin pensar en el futuro.Durante muchos años nos hemos creído lo que no somos y hemos dado una imagen cara al mundo que no era,ahora,en los tiempos que corren,hay que abrocharse el cinturón.
Cada uno mira por sus intereses,y la confianza entre empresas,sobre todo en España ha sido más bien escasa.
Estoy totalmente de acuerdo en que años atrás muchas empresas no se han tomado muchos asuntos éticos de una manera seria,y que,con el paso del tiempo las RSE están teniendo la importancia y seriedad que deberían tener.
No sé si mi argumento tiene una relación directa con lo que dice el artículo,pero yo he visto oportuno enfocar mi comentario de esta manera.
Un saludo