El ex Ministro de Asuntos Exteriores de la transición española, Marcelino Oreja, fue el encargado de clausurar anoche en Valencia el XXII Seminario Permanente de Ética Económica y Empresarial de la Fundación ÉTNOR con la conferencia titulada “El futuro de la Unión Europea: ¿Integración o disolución?
Adela Cortina, directora de la Fundación y la primera mujer en entrar a formar parte de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, del que Oreja es ahora su Presidente, fue la encargada de presentar al ponente, a quien definió como “un Español que está abierto al mundo. Una persona que tiende puentes a donde quiera que va. Y alguien que siempre mira hacia delante, alguien que tiene esperanza”. Algo que es hoy “un deber moral”, concluyó Cortina.
Oreja reconoció que el título propuesto para la conferencia era del todo provocador, aunque “como europeísta penitente lo agradezco, ya que me ha obligado a reflexionar al respecto”. Sin embargo, el diplomático declaró al instante no ser “imparcial en el tema de la integración”. “Es necesario más Europa para hacer frente a los retos”. “Tenemos que aprender a pensar como europeos”.
El ponente destacó ante todo los resultados del proceso europeo, unos resultados “inimaginables”, integrando países con sistemas políticos basados en los principios de libertad, pluralismo y tolerancia, la defensa de los derechos humanos y las libertades. “Propiciando, lo que a veces se olvida, el más largo periodo de paz de la época contemporánea”. Alcanzando elevadas cotas de bienestar material y progreso social para los europeos y “el desmoronamiento de aquel telón de acero que separaba a los europeos libres de los oprimidos”. Superando el Estado Nación, y defendiendo la democracia como sistema para encauzar las opiniones divergentes en una sociedad libre y plural.
Pero también reconoció las grandes deficiencias del modelo europeo. “El gran fallo –afirmó- es que no se ha tomado en serio una gobernanza económica que acompañe a la unión monetaria”. Junto con la falta de concreción de la unión bancaria y fiscal. “La crisis ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con un Banco Europeo Central prestamista en última instancia que permita reducir las primas de riesgo”.
Oreja ofreció otras propuestas para superar estas deficiencias. A corto plazo, completar la unión bancaria; combinar medidas de austeridad y crecimiento, “ya que se han hecho muy pocas de las segundas hasta la fecha”; crear un Ministerio de Finanzas Europeo o atribuir a la Comisión las funciones propias del mismo, con competencias en armonización fiscal y presupuesto, “para lo que es necesario aumentar su presupuesto, que en la actualidad está en el 1%”. La creación de un Tesoro Europeo, entre cuyas competencias estaría la emisión de eurobonos, y crear un instrumento de mutualizacion de la deuda serían otras de las propuestas.
En el ámbito político para que el gobierno europeo funcione, Oreja destacó la necesidad de una vuelta a la esencia del método comunitario. “Es preciso articular un espacio político común capaz de hacer jugar en un mismo tablero una pluralidad de intereses y actores no solo nacionales”. Para lo que dotar de mayor legitimidad y visibilidad a la Comisión, la institución que representa el interés general europeo, es según el ponente fundamental. Al final “el gobierno económico europeo requiere el fortalecimiento de la democracia europea así como avances decididos en la politización del sistema institucional”.
Como colofón a su intervención, Marcelino Oreja concretó estas propuestas en una serie de medidas “más urgentes” para el próximo Consejo Europeo que tendrá lugar a finales de esta semana, y que “confío que puedan obtener una respuesta del mismo, ya que son las medidas que más preocupan a los ciudadanos y que deben adoptarse con la mayor urgencia”. “El test de credibilidad de la Unión Europea en ese Consejo va a ser –destacó Oreja- la unión bancaria. La existencia de un mecanismo de supervisión, resolución y garantía de depósitos únicos financiados por las entidades financieras que evitará lo que está ocurriendo ahora: los grandes rescates bancarios financiados por los Estados miembros de la Unión”. “Estoy convencido de que esa crisis no se hubiera producido si la eurozona hubiera estada dotada de una Unión Bancaria”.
Las otras dos grandes urgencias que Oreja destacó es facilitar el crédito para las pyme e impulsar el empleo juvenil. “En Europa hay 24 millones de parados, pero también tenemos 24 millones de pyme. La mejor manera de atajar el paro es la financiación de los proyectos de las pequeñas y medianas empresas y para ello el Banco Europeo de Inversiones puede jugar un papel capital”. Se han creado cuantiosos fondos para estas cuestiones, pero ahora “lo que debemos es asegurarnos de que los fondos lleguen a los destinatarios cuanto antes mediante programas eficaces y eficientes”.
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