En pocos años, escasamente una década, hemos pasado de no tener prácticamente referentes en materia de Responsabilidad Social a contar con una larga lista de guías, estándares e iniciativas en esta materia. Si bien es cierto que no todos con el mismo peso y reconocimiento público.
En principio, podríamos pensar que esto es un gran avance, y sin duda lo es, pero presenta también algunas dificultades y problemas a los que habrá que ir respondiendo, sin prisa, pero sin pausa.
Conviene, en primer lugar, decir que, por supuesto, es necesario que existan estándares que fijen qué elementos y cuestiones se deben tener en cuenta cuando una empresa quiere integrar una gestión socialmente responsable o informar de dicha integración. Pero que estos estándares se centren exclusivamente en la Responsabilidad Social desvirtúa en cierto modo la propia propuesta de este asunto. ¿Tiene algún sentido que la práctica actual sea que las empresas hagan, por un lado, su Memoria Económica Anual y, por otro lado, la Memoria o Informe de RSE? ¿Es que no existe Responsabilidad Social en la gestión económica y financiera de las empresas?
Encontramos aquí una primera dificultad a la que necesitamos dar respuesta: ¿cómo integrar la Responsabilidad Social en las Memorias Económicas Anuales o viceversa? Pedir a las empresas que hagan este esfuerzo doble elaborando estas dos memorias supone, en primer lugar, desvirtuar el propio concepto de Responsabilidad Social de la Empresa y, en segundo lugar, un sobrecoste evidente de horas de trabajo, duplicidades, etc. Estoy convencido que acabar con esta dualidad ayudará a dar un gran paso en el asunto que nos ocupa, ya que hará que quizá en los Consejos de Administración se preste a estos temas la atención que se merece, acabando con esa sensación de “añadido” que siempre tienen los asuntos relacionados con la RSE.
Pero, además de lo dicho anteriormente, conviene profundizar algo más en la diversidad de estándares o similar que hoy en día existen en materia de Responsabilidad Social y a los que la empresa tiene que responder. En este sentido, es necesario también distinguir entre aquello que afecta a las empresas grandes de la realidad de las pequeñas y medianas empresas.
Las primeras de éstas, las grandes, entre las que se encuentra más formalizada la integración de la RSE han pasado de, si se me permite la expresión, un “panfleto” en el que se contaban las bondades de la empresa, sin más rigor ni calidad que la de contar con alguien que tuviera buena mano para escribir y un buen diseñador que diera forma a todo aquello a una complejidad tal que a veces resulta ingobernable.
De hecho, cuando hablas con las personas que hoy en día están al frente de los departamentos de RSE de las grandes empresas acerca de los estándares y demás sistemas de gestión que tienen en cuenta la idea se confirma: esto no hay quien lo gestione y, además, no hay cliente capaz de entenderlo.
Me cuentan estas personas que en relación a los principios que tienen en cuenta para informar básicamente son el
GRI (Global Reporting Initiative), el general y el específico para las empresas de su sector, y el AA1000APS.
Después entran los sistemas de verificación para la información no financiera: ISAE3000 y AA1000AS.
Y para que todo esto tenga algún sentido, hay que poner primero en marcha e integrar sistemas de gestión que hagan posible tener algo que contar. En este sentido, me hablan de sistemas de gestión de empresa familiarmente responsable, OHSAS 18001:2007 en materia de seguridad y salud laboral, ISO 14001:2004 para los temas medioambientales y un largo etcétera que no cuento para no cansar.
¿Alguien cree de verdad que las empresas, más en la situación actual de búsqueda de la máxima eficiencia, va a poder gestionar todo esto de manera sensata? Desde luego a mi me parece que no.
Esto mismo han debido pensar los responsables del GRI, quienes recientemente han lanzado, junto con Prince’s Accounting for Sustainability Project, la creación de un Comité Internacional que tiene como objetivo crear un modelo globalmente aceptado para informar de manera integrada, clara, concisa y comparable sobre cuestiones relacionadas con los aspectos financieros, medioambientales, sociales y de gobierno corporativo. Estaremos atentos a lo que salga de dicho comité.
Pero si bien esto es un tema de interés para las empresas grandes. Veamos ahora qué pasa con las empresas pequeñas. Recientemente estaba en un encuentro con diferentes entidades que estamos hoy en día trabajando en RSE cuyo objetivo era mostrar a las pequeñas y medianas empresas cómo podían aproximarse a estas cuestiones. Como era de esperar, presentamos un buen número de guías, modelos de gestión, herramientas, etc. para las PYMEs. La respuesta de éstas era de esperar: “por favor, aclárense entre ustedes y muéstrenme algo que recoja lo mejor de cada propuesta. Antes de venir aquí no sabía que era esto de la RSE y ahora, además, no sé con qué herramienta debería trabajar”.
No va a ser sencillo, pero entre todos tenemos que hacer el esfuerzo de hacer de la RSE algo sencillo y fácilmente integrable en las empresas. ¿Tendrá a esto alguna respuesta el Consejo Estatal de Responsabilidad Social de la Empresa? Estaremos atentos.
Quizás una de las respuestas que se puede dar a esa pregunta es que no se sabe exactamente qué es la RSE, especialmente en pequeñas empresas, entonces por eso no lo ponen en práctica. También otro factor es que pueden creer, como Friedman, que es un fraude y quién debe encargarse es el Estado. Además de que no existe un criterio objetivo para medir lo socialmente responsable.
ResponderEliminarEn fin, antes o después todas las organizaciones deben ir incorporando en su trabajo la RSE. Esto supondrá que la sociedad pueda conocer cómo actúa ante determinadas situaciones y que la empresa responda responsablemente a las exigencias de la sociedad.
Yo creo que el problema reside en que las empresas no están en conocimiento de lo que es en realidad la RSE y todavía menos las pequeñas empresas, por eso tendrían que informarles mejor para que ellas pudieran aplicarlo en todos los ámbitos de la empresa y que de esta forma en su memoria apareciera todo junto y no tuvieran que hacer dos tipos de memoria.
ResponderEliminarLas empresas tendrían que estar más concienciadas en estos temas, y de esta forma dedicar mayor parte de sus beneficios alcanzados a acciones sociales determinadas para poder ayudar a determinados colectivos de la sociedad y poder llegar a realizar una responsabilidad social responsable que ayude a mejorar a la empresa y a su entorno.
Hoy en día todas las empresas llevan a cabo memorias de responsabilidad social empresaria, pero la mayoría de estas empresas son grandes. Quizás sea por que, requieren de ciertos recursos para poder llevarlas a cabo o no tienen muy claro como se realiza el proceso.
ResponderEliminarPor ello, las medianas o pequeñas empresas les resulta complicado o costoso. Tal vez sea conveniente establecer unas pautas para todas las empresas, ya sean grandes medianas o pequeñas,de como realizar las memorias de responsabilidad empresarial.
Por que, a parte que es un tema que esta muy de moda actualmente, le permitiría a la empresa beneficiarse a ella y a la sociedad, si llevase a cabo una RSE.
Resulta curioso las diferencias entre los intentos de insertar RSE en las grandes empresas y las PYMES. En líneas generales, ¿podría decirse que las primeras lo apliquen más, por una serie de intereses y de capacidad económica, y las segundas sean tan reticentes porque no suele ser un factor que les afecte demasiado, además de contar con menos recursos?
ResponderEliminarPensemos en la aplicación. Las grandes suelen verse beneficiadas por un tema de imagen corporativa, y más todavía si están presentes en los medios de comunicación. Así ganan en reputación, aunque la credibilidad social no será real hasta que exista un consenso entre todos los stakeholders, y se creen relaciones a largo plazo (no buscando acuerdos oportunistas) para generar la confianza. Pensemos en los grandes bancos, o las empresas suministradoras de electricidad, grandes azulejeras de Castellón... ¿Pueden considerarse empresas éticas? Desde mi punto de vista no, pero sí que destinan recursos a ello, y tendrán su departamento al respecto, muy ligado con el de comunicación.
Sin embargo pensemos en una pequeña empresa, cuyos propietarios en muchas ocasiones han heredado el negocio de sus padres, han seguido una gestión tradicional, no entienden de acciones estratégicas que le reporten beneficios futuros, que apenas invierten en eficiencia energética, que suele seguir jerarquías muy básicas... Incluso la implantación de las nuevas tecnologías en su gestión ya está siendo un problema. No creo que invertir en RSE sea de su interés en absoluto (estoy hablando en términos generales). Creo que es un pensamiento más a corto plazo. Además el tema de la imagen, no es que no lo tenga en cuenta, pero puede que se conforme con no "salirse de la raya". El criterio de la directiva será, casi siempre, el de la rentabilidad, y por supuesto, una sencilla aplicación que no le impida el desarrollo "normal" de su negocio.
Sin duda, la implantación la RSE en el mundo empresarial debe seguir caminos distintos en función de del tamaño. Claro está que el sector, el negocio... serán otras variables a tener en cuenta.
Muy interesante el artículo, nos muestra dos temas importantes, el problema que se avecina a las grandes empresas al tener duplicidad de memorias, uno económico anual y otro de RSE. Se nos plantéa el por qué no puede ir integrado la RSE en la memoria económica, ya que la responsabilidad guarda una clara relación con el apecto económico, en especial con la finalidad y el cómo de ésta. Algo que me parece muy propicio como se expone, al quedar como algo de relleno, en segundo plano o para hacer bonito más que otra cosa en los consejos de administración y ya ni digamos en las juntas generales (además de la dificultad de comprensión que las caracteriza). Por ello un doble objetivo sería su inclusión dentro de la memoria económica anual y el desarrollo de la memoria de RSE buscando una mayor calidad y entendibilidad.
ResponderEliminarEn segundo lugar nos expresa la dificultad que tienen las medianas y pequeñas empresas a la hora de desarollar la RSE, debido a los escasos medios de que disponen y a la dificultad de comprender el desarrollo de la RSE mediante herramientas de gestión tan complicadas y probablemente inasumibles. También se ve dificultada la implantación de las RSE en las Pymes debido al poco conocimiento que se tiene sobre ésta y a la falsa idea que esta responsabilidad decae en esferas más altas o no supone ningún beneficio económico, observandolo desde la perpectiva erronea. Para mi la solución sería la puesta a disposición de herramientas adaptadas a sus medios y una seleción de estas herramientas deacorde a la capacidad de estas PYMES que al fin y al cabo no dispones de medios y por ellos hay que ofrecerles herramientas acordes a estos.
Estoy de acuerdo con lo planteado en el texto.
ResponderEliminarCreo que uno de los principales problemas reside en que, a pesar de que las empresas se empeñen en demostrar lo contrario mediante grandes campañas mediáticas en su portal web o televisión, realmente no están interesadas en colaborar profundamente y fomentar la RSE.
Realmente, tal y cómo se encuentra el sistema laboral, las empresas se preocupan más por alcanzar beneficios económicos que puedan salvarles de las pérdidas.
Por otro lado, no son las PYMES las que deberían fomentar más la RSE, pues su impacto social tal vez sea menor, sino las grandes empresas.
Opino que el principal interés por aplicar la RSC a las empresas debería ser los propios empresarios, pero visto que a muchos no les interesa o no tienen la formación suficiente para implantarla en sus negocios considero una idea muy acertada crear un organismos global que mida sus acciones.
ResponderEliminarTambién me parece muy interesante el hecho de que se intenten unir las memorias porque una empresa debe ser siempre responsable y no solo cuando lleve a cabo acciones muy concretas.
Espero que todos esos manuales se unifiquen, pues seguramente traten los mismos temas de forma muy similar y las empresas, tanto grandes como pequeñas, no tengan ninguna excusa para no realizarlo.